En 1905, en Castello D’Annone, municipio de la provincia de Asti, Giuseppe Perlino tuvo la intuición de emprender el camino del comercio de los vinos más preciados de Asti, creando una empresa sencilla pero a la vez moderna, cuyo verdadero capital era el trabajo y el espíritu de sacrificio de su familia y sus colaboradores.
Pasados pocos años Perlino se posiciona entre las principales empresas de este sector; esta situación le permite trasladar la sede a la ciudad de Asti, capital de la provincia, y así ampliar considerablemente su alcance.
En los años 30 experimenta una verdadera evolución, gracias además a las inversiones realizadas, y comienza la producción histórica de vinos espumosos y de vermut, que se suma a los vinos piamonteses para convertirse con el tiempo en el verdadero punto de fuerza de la empresa.
El vermut Perlino, de hecho, se posiciona rápidamente en el mercado nacional e internacional, convirtiéndose en un elemento casi insustituible para el aperitivo clásico de la tradición piamontesa.